domingo, 9 de noviembre de 2008

10 MITOS SOBRE EL COPYRIGHT



Los 10 grandes mitos que existen sobre los derechos de autor, según Brad Templeton son:

  1. 1 - Si no hay aviso del autor /a previo, no está protegido como tal.

2 - La gente piensa que si no se cobra por la obra, no hay violación, y esta es una afirmación falsa.

3 - Si se envía a la red, es de uso público; también afirmación erróena.

4 - Las ideas propias tienen derecho de autor, excepto los comentarios, parodias...

5 - Alguien defiende los derechos de autor y tiene derecho a hacerlo.

6 - Si cito a las personas de las obras que utilizo, no estoy atacando el derecho de autor. Este punto en teoría es falso, pero controvertido, ya que por ejemplo en una investigación sí utilizamos nombres y autores para poder contrastar y avanzar, por tanto, ¿ se cumple realmente este mito?

7 - Si se llega al tribunal, se tienen derechos civiles.

8 - Los tribunales pueden fallar a nivel económico, pero a decir verdad todavía no lo han hecho.

9 - Si no se hiere a nadie, no hay problema ni acatas a la libertad publicitaria. Esto sí es un mito incierto, ya que por encima de esto está la libertad individual, que la tuya empieza allí donde la mía acaba...

10 - Los e-mails se pueden copiar y no están protegidos con derechos de autor /a. Tampoco es cierto, ya que sí están elaborados por personas, y como tal tienen derechos añadidos. Tiene mucho que ver con el punto 4.

En base a estos mitos, ¿No podemos reproducir nada entonces?El punto 11 nos da alguna respuesta a las preguntas anteriores, ya que el copyright no tiene nada irrefutable que se pueda publicar, no hay unos mandamientos que seguir a rajatabla. Lo que pasa es que con todos los datos que circulan por la red hay unas repercusiones importantes, sobe todo de cara a los autores.

Observamos los dos puntos más importantes del copyright, el del beneficio del autor en su trabajo, este es el que tenemos como tema de actualidad con los canon y SGAE en muchos debates de nuestra vida cotidiana. Por otro lado, vemos el punto en el uso de las obras de los autores sin su consentimiento, pudiendose usar la música de un autor/a para algo que no sea de su agrado, por ejemplo, el uso de la música de un autor en una página web con un contenido de ideales contrarios a los del autor/a . No le pagan y encima, parece que les da publicidad y apoya, una contradicción. Si el autor/a, no lo tiene registrado, puede efectuar una demanda en caso de un uso de su obra, pero esto llevado a los tribunales supondrá una perdida económica para el autor/a , ya que los gastos serán mayores que la recompensa.

En una reflexión sobre lo leído debemos ir de la mano del fair play, en las acciones que realizamos con cosas del copyright, ya sea el copiar de un texto de internet, al menos mencionar su nombre, para que si el llegará a su lectura, pudiera contactar, intentar que se eliminara, mejor que entrar en acciones legales, esto solamente en caso de un uso perjudicial para el autor/a . O cuando copiemos de la televisión o descargarnos música al mp3, es importante saber que andamos en un terreno poco firme, y que hay que andar con cuidado e informarnos un poco de lo que estamos haciendo. Podremos copiar cosas, como creemos que se hacía antes de la llegada de internet, pero ahora tiene unas dimensiones masivas, con lo que se puede hacer mucho daño a los autores.

Brad Templeton viene a decir que independientemente de todos estos mitos, se ha de animar a los autores /as a publicar sus obras y no se tenga tanto reparo y tanto problema. De hecho, él mismo dice que su texto es de libre difusión.

Estoy totalmente de acuerdo con el autor en esta cuestión, pues una de las filosofías de internet es la libertad de navegación y el libre acceso a todo. Si cuelgas algo en la red, debes asumir que estás al alcance de todos y que tu trabajo va a ser compartido. Esto es algo positivo tanto a nivel personal (porque a todo el mundo agrada que nos lean y nos comenten) como a nivel profesional (porque hace que al leer experiencias aprendamos de los demás y avancemos más en nuestra práctica diaria).

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